Comprar un coche automático de segunda mano: los puntos claves a revisar
Antiguamente, las cajas de cambios automáticos (CCA) eran sinónimo de sobreconsumo, patinados intempestivos y sobresaltos desagradables en el cambio de marchas. Hoy en día, los fabricantes han progresado muchísimo, eliminando los fallos más recurrentes. ¿Tienes ganas de comprarte un coche automático de segunda mano? Sigue los consejos de la guía de SPOTICAR.
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El coche automático de segunda mano: un vehículo con muchísimas ventajas
El coche automático ofrece una comodidad nada despreciable:
- Un bajo consumo de combustible: en contra de las ideas preconcebidas, un coche automático de segunda mano ya no es algo carísimo. Con un automático, siempre conducirás con el régimen óptimo, ni demasiado alto, ni demasiado bajo, adecuándose a la carretera en la que circules (desnivel, velocidad, etc.). A largo plazo, puede suponer grandes ahorros.
- Cambio de marchas más preciso: con una caja manual, el conductor debe permanecer alerta para cambiar de marcha en cuanto el régimen del motor lo requiera. Con una caja automática, el coche lo hace por ti.
- Un mejor confort de conducción. Olvídate del pedal de embrague, ¡este pedal no existe en un coche automático! Esas agujetas en la pierna izquierda por tener durante tanto tiempo el pie pisando el pedal de embrague en los atascos se han acabado. El coche gestiona en tu lugar las aceleraciones y los cambios de marcha. Además, un coche automático no puede calarse. Esto es práctico, por ejemplo, a la hora de arrancar en una cuesta.
Las distintas variantes de cajas automáticas:
Las cajas automáticas se dividen en tres grandes clases: las cajas de cambios automáticas convencionales, las cajas de cambios robotizadas de disco de embrague simple o de doble embrague, y las cajas de cambio de variación continua. Cada modelo tiene sus defectos y sus ventajas.
- Las CCA: las cajas de cambios automáticos tradicionales no tienen embrague, pero sí un convertidor de par. La caja de cambios va asociada a un mando hidráulico. Estos dos elementos van a gestionar conjuntamente las distintas relaciones según la velocidad del vehículo, la presión ejercitada en el pedal del acelerador, el modo de conducción activado (deportivo, ecológico, montaña, etc.) y muchos otros parámetros. Esta tecnología se encuentra especialmente en las cajas EAT6 y EAT8, montadas en muchos modelos como el Peugeot 308 y el Peugeot 3008, el DS 7 Crossback o el Opel Grandland X, entre otros.
- Las cajas de cambios robotizadas: de doble embrague, estas cajas son igual de eficientes que las cajas automáticas tradicionales, con con maniobras de cambio ultrarrápidas, muy valorados en los coches con alto rendimiento. ¿Cómo funcionan? Van asociadas a dos embragues. Uno se encarga de las marchas pares (2, 4, 6) y el otro de las impares (1, 3, 5). De hecho, cuando una marcha está engranada, la siguiente o anterior (según las necesidades) se queda pre-engranada. No se perciben tiempos de transición, ni hay variaciones de régimen súbitas, para un consumo optimizado. Estas cajas robotizadas se denominan EDC en Renault y DSG en Volkswagen.
- Las cajas de velocidades de transmisión continua: también denominadas CVT (Continuously Variable Transmission), estas cajas no tienen relaciones fijas, sino un variador; por lo que los cambios de marchas no se engranan como en una caja tradicional. Cuentan con una tecnología simplificada, pero menos eficiente, que afecta al confort y al placer de conducir, con una impresión de patinado permanente. Suelen estar montadas en vehículos de poca cilindrada o vehículos de marca japonesa como Toyota, Honda o Nissan.
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Spoticar
El coche automático conviene a un gran número de perfiles de automovilistas: conductores no muy cómodos con el cambio de marchas, trabajadores urbanos que suelen conducir en atascos… SPOTICAR te explica las razones por las que este tipo de cajas de cambios está cada vez más solicitado.